jueves, 19 de enero de 2017

Pecado, Expiación y Redención

Los Cainitas de la Edad Oscura pueden dividirse en tres grandes grupos.

Condenados
Son aquellos que se recrean en el Pecado de Caín, aquellos que ensalzan al Padre Oscuro como una figura que rompe con las normas de la sociedad mortal para apartarse de los que eran sus semejantes. Tales vampiros suelen seguir los Caminos del Pecado o la Bestia, habitualmente, o esotéricas versiones que de alguna manera imitan las acciones que llevaron a Caín a su condena.

Penitentes
El vampirismo conlleva un precio terrible, en la forma de la depredación de tus hermanos mortales. Tal acto pesa en el corazón de los más nobles de entre los Cainitas, que ven al Padre Oscuro como el Errabundo, un nómada que vaga eternamente por el mundo en busca del perdón de Dios. Siguiendo sus pasos, los Penitentes recorren una vía de expiación y pago por los pecados que ellos y toda su Estirpe lleva cometiendo por los siglos de los siglos, esperando que en el Fin de los Días, cuando llegue la Gehenna, se los encuentre lo bastante humildes como para ser perdonados. La mayoría siguen el Camino de la Humanidad o del Cielo.

Redención
Muy pocos vampiros se consideran a sí mismos puros, o lo suficientemente libres de pecado como para pensar en estar por encima de sus congéneres, pero existen. Estos Cainitas adoran a la persona del Padre Oscuro como el Primogénito, una figura de oscura majestad que se erige en guardián de vampiros y humanos por igual. Como primer hijo de Adán, Caín tiene la obligación de guíarlos hacia su Destino. Los vampiros que siguen el Camino de los Reyes o algunas versiones del Camino del Cielo profesan esta versión.