jueves, 22 de diciembre de 2016

Opciones y alternativas: Toreador

Por Alexander Nysyos


Quizás uno de los Clanes más interesantes, a decir del número de jugadores que los escogen, los Toreador encarnan más que ninguna otra familia de chupasangres el concepto del vampiro romántico. Aunque durante gran parte de su historia las historias y relatos centradas en estos monstruos los retrataban precisamente como tales, en las últimas tres o cuatro décadas hemos visto cómo estas criaturas se han vuelto más y más humanas en los medios televisivos y literarios. Los Toreador podrían encarnar perfectamente a algunos de los protagonistas de las novelas de Anne Rice o las temporadas de Vampire Diaries.

Debido a ese apego por la Humanidad, el Clan sufre una debilidad que, desde su punto de vista, no es sino una ventaja, al quedarse embobados cuando contemplan algo que, desde su punto de vista, es hermoso. Sin embargo, la contemplación de la belleza puede volverse algo peligroso, aunque no en un tiroteo (considero absurdo que el personaje se viese detenido por tal cosa), sino por ejemplo al llegar tarde a una reunión con un Anciano o la cita de un amante, el estar más atento a una pieza de música que a los cuchicheos de un rival, o en general todo tipo de situaciones sociales, que es donde realmente cobra su sentido. Ahí es donde un Narrador puede realmente sacar partido a la maldición del Toreador.

Siempre que un personaje de este Clan observe un objeto, persona o actuación que manifieste algún tipo de lazo con la Naturaleza del Toreador, existe la posibilidad de que se active la maldición de la Sangre. Aquello que la provoca puede ser en realidad cualquier cosa, siempre y cuando refleje de alguna manera el auténtico ser del personaje. Así, un Toreador de naturaleza Rebelde podría sucumbir ante una canción de rock punk, mientras que a otro de Naturaleza Gallarda sólo le afectan accesorios únicos y caros como colgantes de diamantes y rubíes. Esto debería acordarse entre Narrador y jugador.

Opción 1:
Una vez se activa la maldición, el Toreador desarrolla un leve Trastorno de Obsesión hacia aquello que lo produjo. Esta fascinación puede manifestarse de diversas formas: desde quedarse embelesado en la contemplación de música y obras de arte, hasta la compra compulsiva (o su adquisición por medios ilícitos) o el desarrollo de una relación con dicha persona. Para el personaje, este nuevo Rasgo resulta molesto en otro aspectos también, porque la presencia de este objeto resulta tremendamente distractoria, imponiendo una penalización de -1 a todas las tiradas mientras tal objeto se encuentre a la vista o alcance del Toreador. Para superar el Trastorno, el personaje simplemente necesita hacer una tirada extendida de Autocontrol (dif. 6) y acumular un número de éxitos igual a su valor de Humanidad, pudiendo hacer una única tirada por noche. Si fracasa en la tirada, anulará todos los éxitos. El Trastorno de Obsesión se desvanece de manera natural si pasa un número de noches igual a la Humanidad del vampiro y gasta un punto de Fuerza de Voluntad. Un personaje puede sufrir más de una fascinación por el mismo o distintos objeto, a discrección del Narrador.

Opción 2:
En este caso, mientras el objeto que provoca la maldición esté presente, el Toreador no podrá actuar en contra de su propia Naturaleza durante el resto de la noche. No sólo eso, sino que además se verá impelido a comportarse de acuerdo a cómo es de verdad. Si es Rebelde, por ejemplo, no sólo no actuará sumiso, sino que se enfrentará de alguna forma al orden establecido, mientras que el Gallardo será incapaz de fingir que nada es tan importante como él mismo e intentará sobresalir ante otros (sus iguales o sus mayores) incluso si para ello debe sabotear a otros rivales. Hacer otra cosa obligará al jugador a realizar una tirada de Autocontrol (dif. 6) y, al igual que un frenesí, deberá acumular un total de 5 éxitos para superar la maldición del Toreador. A discrección del Narrador, podría quemar puntos de Fuerza de Voluntad para lograrlo.